De sabios es reflexionar...



"Es muy peligroso, Frodo, cruzar la puerta", solía decirme. "Vas hacia el Camino, y si no cuidas tus pasos, no sabes hacia dónde te arrastrarán".

Frodo Bolsón, citando a su tío Bilbo.
El Señor de los Anillos. J.R.R. Tolkien

jueves, 29 de septiembre de 2011

Hoy, por fin...

Hoy, por fin, en un rato de insomnio incomprensible, en el cual debería estar descansando antes de un nuevo madrugón previo a una soporífera pero reconfortante jornada de trabajo, rindo homenaje a este periodo de tiempo comprendido entre el día 30 de junio y el 17 de septiembre de este año, eso que solemos llamar verano, y que para mí ha sido VERANO, con mayúsculas, porque ha sido, sencillamente, increíble.
Comenzó con un intensísimo campamento de 10 días, plagados de alegría, sudor, cloro (insuficiente, quizá), sueño y presión. Pero sobre todo, cargados de un impagable cariño gratuito y sincero de todos l@s pequeñ@s que tanto me aportan siempre. Este año les echaré tantísimo de menos...
A ello le siguió una visita express a Asturias, ese pequeño minimundo rodeado de montañas grandiosas y de acantilados inexpugnables. Buen comer, buen beber, en fin, buen vivir, algo cotidiano siempre que hablemos de las costas del Cantábrico. Y sobre todo, una gran compañía, con mi hermano, con mi compañero de fatigas inseparable desde tiempos ya inmemoriales...Gracias caballero...nunca podré pagarle tanto bien que me hace...
Después, una serie de idas y venidas a esa otra casa que tengo en Piedralaves, un rinconcito en el que, paradógicamente, pese a su pequeño tamaño, es capaz de albergar para mí tan grandes (incontenibles, diría en justicia) sentimientos, recuerdos, vivencias, descubrimientos...Y sobre todo, hablando de descubrimientos, y sería más justo decir redescubrimientos, reencontrarme con esa otra familia tan extensa y a la vez tan unida. El Oratorio de San Felipe Neri de Getafe resulta incomprensible para aquel que mira desde fuera, pero resulta insuperable para aquel que vive dentro.
Entre esas idas y venidas, una serie de viajes, más cortos, más lejanos o más cercanos, pero todos inolvidables.
Un camping en la sierra madrileña con mi gente toledana, a los que siempre, inevitablemente, llevaré en el corazón, porque ellos han labrado con pico y pala su propio rinconcito en él.
Una fuga más fugaz (valga la redundancia) si cabe que la asturiana, esta vez a mi segunda tierra, Galicia, para reecontrarme, como siempre, con ella, con el Apóstol (confío en seguir visitándole cada año) y conmigo mismo.
Y como traca final a este periplo estival, una serie de festejos veraniegos en una gran compañía, para finiquitar, entre carpas, discotecas móviles de pueblo y conciertos, una etapa de mi vida que me costará olvidar, si es que eso es posible.
Y después, ¿qué?
Pues después a seguir, a recordar, a agradecer, y, gracias a Dios, por qué no decirlo, ¡a trabajar! Porque después de todo, ante un año que se presentaba yermo y aburrido, parecido al anterior, eso sí, sin una carga importante de la que he conseguido desprenderme, las previsiones no eran muy alagüeñas...Sin embargo, y no dejo de sorprenderme, todavía me esperan más experiencias nuevas, más gente a la que conocer, más personas a las que redescubrir...y un tiempo precioso hasta que llegue de nuevo un verano más...
Gracias a todos los que habéis hecho posible este increíble capítulo de mi vida, sois...¡¡¡inimitables!!

martes, 12 de julio de 2011

Una experiencia única...campamento 2011

Una música repetitiva, conocida, pero por la costumbre, querida, vuelve a despertar a los más pequeños a eso de las 8 y media. Yo ya llevo un rato levantado. He desayunado fuera, al aire libre, más libre que ninguno, limpio y fresco que Gredos le regala a todo el valle del Tiétar.
Las caras de todos van asomando a la puerta. Algunas no han visto todavía el agua del grifo...y han de regresar al baño. Esas caras a las que uno se acostumbra a ver 10 mañanas consecutivas...y que luego se echan tanto de menos.
Servimos un desayuno cargado de leche, cacao, galletas...lo que toque. Pero siempre rebosante de amor, de ganas de un nuevo día, de incertidumbre ante las sorpresas que nos esperan.
Juntos, como en todas las cosas que hacemos, damos gracias a quien hace posible que estemos allí, a quien de verdad es la causa de todo, la razón por la que nos reunimos. Afinamos las guitarras, se reparten los librillos y damos el beso de buenos días a Él con las laudes.
Luego decenas de voces llenan el espacio, corren, gritan, saltan, ríen, lloran...en definitiva, invaden todo el terreno, tanto de Mairena, como poco a poco, de mi corazón. Porque si no, no se explica el vacío que queda cuando dejo de oírlas. Quizá unos juegos deportivos, quizá un taller, quizá ambas cosas.
Hasta que una voz grita "al porcheeeeeee" y todos se acercan, para recargar fuerzas con lo que los tres vestidos de blanco nos han preparado, con mucho amor y dedicación, aunque el arroz a veces esté un poco pasado y con demasiado ajo...jejejeje.
Se abre la tienda, y parece que nadie ha comido, todos se aprovisionan de chucherías varias, y un sinvergüenza sentado en las sillas verdes insiste a todos en que le inviten a algo. "Pero cógelo tú, que no te cuesta", responden la mayoría. Otros son más caritativos y le invitan a flash, a gominolas o a risketos.
Todos me invitan a sonreir.
Unos dedos, menudos, ligeros, muy suaves y pequeños, acarician mi barba, crecida de algunos días ya. Un beso, el más inocente que nunca me han dado, roza mi mejilla. Unas manos vivas, alegres, descaradamente infantiles, se agarran a mis hombros, mientras su dueño trepa por mi espalda, pidiéndome que le lance por el aire una vez más. La piscina se transforma en un lugar distinto, donde el agua disipa las fronteras entre ellos y nosotros, y por una vez, los niños están, literalmente, por encima de los monitores, en su espalda, en sus hombros...Gastamos las fuerzas necesarias para ganarnos la merienda...eso sí, ¡para quien la haya pedido!
Volvemos a nuestro hogar. Unos se duchan en agua caliente (o fría, depende de lo rápido que seas) y otros se bañan en sudor, jugando a muerte el mundialito de fútbol. Pero todos juntos vuelven a dar gracias por el día vivido, en las vísperas. Recargamos fuerzas por última vez, para el culmen del día, el juego nocturno que nos transportará a las lejanas tierras de Narnia, donde conoceremos más a Aslan, a Caspian, a Peter, a Lucy, a Susan, a Edmund...donde intentaremos acercarnos más a la ansiada copa de campeones del campamento.
Y al final del día, ya cansados, nos pesan los párpados, alguno ya ha sucumbido (ese pequeño rubio) y está en el saco. Pero nos quedan fuerzas para darle a Él el beso de buenas noches con las completas.
Y meternos en el saco. Y saber que mañana será otro día, y que volveremos a despertar todos juntos...
Espero ansioso que ese día llegue rápido...aunque todavía quede un año entero de por medio...
¡Gracias a todos, os quiero!

viernes, 3 de junio de 2011

Un año, un mundo, un instante

Hoy hace exactamente un año. Un año duro, un año amargo, un año de travesía por el desierto. Pero un año de aprender, de mejorar, de descubrirme, de saber quién soy yo sin nadie más. Probablemente queda muy poco de lo que fuí, o de quien fuí hace un año. No sé si lo que soy ahora es mejor o peor. Tendré que descubrirlo, pero no tengo duda de que ahora soy distinto.
Efectivamente, un año es un mundo, miles de situaciones distintas, puñados de gente que vienen y como vienen se van. Pizquitas de personas que vienen, y se quedan, y yo creo que para siempre. Pizquitas de gente que parecía que se quedaban, pero al final se descuelgan.

Cambios inesperados, rumbos insospechados, un viaje a Londres, un grupo de música, un equipo de fútbol, un título no buscado...En fin, como siempre, sorpresas, algunas increíblemente positivas, otras decepcionantemente negativas...pero sorpresas al fin y al cabo, que es de lo que se compone ese pequeño instante de nuestra vida, un año entero...
Y efectivamente, también es un instante, un ratito que he pasado tomando un café mirando por la ventana como llovía. Un cigarro en una parada de autobús, esperando a que llegara el mío. Un granizado de colacao (que tanto me gusta) en una terracita de verano.
Porque, después de un año, sigue quedando algún fantasma suelto, algún borde deshilachado, algun fleco por cortar y algún cabo por atar. Siguen viniendo sentimientos no invitados a quitarme el sueño de cuando en cuando, en noches en las que me pillan desprevenido.
Aún me sigo sorprendiendo mirando alguna foto de hace eso, un instante, un mundo, un año...

martes, 5 de abril de 2011

Primavera...en blanco y negro.

Ya vino, con su dulce aroma de flores, sol, naturaleza, tierra mojada por tormentas repentinas...Ya llegó la primavera, odiada por ejércitos de alérgicos, amada por ejércitos de nostálgicos. Yo me encuentro entre los segundos, y compadezco a los primeros, por no poder disfrutar de uno de los más bellos regalos que nos da la naturaleza.
Pero esta primavera no es igual, las tardes soleadas no se acompañan de la promesa de un buen rato tumbados al abrigo de unas risas sobre el césped de cualquier parque, los viernes no traen la alegría de una escapada a cualquier lugar, para pasear escuchando el rumor de un río, o el canto de miles de pájaros que coquetean animados por la explosión de la naturaleza en esta época.
Esta primavera no huele igual, no consigue sacarme de la monotonía rutinaria y redundante del día a día (esta frase refleja exactamente lo que quiere reflejar, monotonía rutinaria redundante), y no recibo al sol con la misma alegría que antes conseguía trasmitirme el mero hecho de levantar la persiana, mirar por la ventana y pensar..."ya es primavera, por fin quedaron atrás los abrigos, los bancos mojados, las búsquedas de un refugio donde despistar al frío".
Esta primavera no consigue que me despida de este frío, no me calienta ni un sólo grado el corazón.
Quizá esta primavera me recuerde que no la podré compartir, al menos en su más bella expresión.
Quizá esta primavera venga en blanco y negro, y podré disfrutar de sus olores, de sus sonidos, pero se me escapará el poder pintarla de bellos colores.
Quizá también esta primavera me recuerde...que para algunos sí existe la primavera...yo sólo tengo que esperar la mía.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Londres

Hoy hace exactamente un mes que amanecí por primera vez lejos de mi querida Península Ibérica. Hoy hace un mes y un día que por primera vez sufrí y a la vez disfruté de la extraña (y para mí, por la novedad, quizá, fascinante) experiencia de montar en un avión y abandonar este reducto de tierra rodeado por mar casi en su totalidad.
Hoy hace un mes y un día que pisé por primera vez suelo británico, que caminé por Londres, que ví con estos ojos aquello que había visto millones de veces a través del filtro de una pantalla.
Incontables fueron los kilómetros que recorrí por esa maravillosa ciudad, fascinantes las experiencias que allí viví, inexpresables los sentimientos que todo ello me generó.
El mero hecho de descubrir capacidades propias, de no ser un extraño en un lugar que jamás pisé, de sentirme vecino de toda la vida de gentes que nunca antes había conocido. Fue sólo una semana, pero ha sido una de las semanas más intensas de mi vida.
Descubrir otro mundo, otra cultura, que dentro de lo occidental, nos saca varios cuerpos en la carrera de la evolución socio-cultural.
Pisar los alrededores del Emirates Stadium, y regresar a antiguas disputas ibéricas por los colores de un equipo, al encontrarnos con unos aficionados no muy elegantes del F.C. Barcelona, ver perder al mismo equipo contra el Arsenal en el propio Londres, celebrarlo con unos cántabros que acababa de conocer hacía apenas unos segundos. Preocuparme hace pocos días por un japonés extraordinario que conocí en aquella preciosa semana.
Pasear bajo la lluvia por Hyde Park y Kensington Gardens. Contemplar como un niño las luces de Picadilly Circus, cenar en Chinatown, admirar la incalculable belleza del Big Ben por la noche y poder pasear a la orilla del Támesis de vuelta al albergue. Compartir unas exquisitas cervezas con mi mejor amigo en Morphet´s Arm (y con su genial novia, que no me olvido de ella!). Pasear como un chiquillo por los pasillos de museos increíbles.
Ser espectador de una interesante charla en Speaker´s corner un domingo por la mañana, y sentir sana envidia de esa libertad de expresión y de esa educación extrema en el intercambio de ideas, he de admitirlo, con la boca abierta.

Todo empezó con una comida en un Vips de Parquesur. Una de las comidas más provechosas que jamás he tenido en mi vida.
Y como dijo Terminator (te robo la frase amigo) volveré!
Gracias una y mil veces!!

lunes, 14 de febrero de 2011

SEX ONTHE SEA!!

Una semana y un día después...cuando ya ha bajado la marea y se pueden encontrar los rastros de la misma en la arena...escribo esta entrada para valorar, agradecer, recordar...todo a la vez...el haber podido cumplir un pequeño (o un gran) sueño que tenía desde hace muchísimo tiempo...realmente, desde que por primera vez cayó una guitarra en mis manos.
El sábado pasado por fin tuve la oportunidad de expresar a la gente, al que quisiera oir, incluso escuchar, incluso entender, todo aquello que en algún momento pasó por mi mente y por mi corazón, y que se convirtió en canción, porque todo lo que merece la pena en esta vida debería ser expresado de esa forma...en notas musicales.
Por eso desde aquí quiero agradecer a todos los que lo habéis hecho posible, a ese verano loco del año pasado, que me brindó la oportunidad de coger una guitarra casi cada noche de sábado, y alegrar los minis junto a los que quiero (o quise, que más da), a esas sesiones de fotos alucinógenas inventando nombres de grupos...y sobre todo a ese caballero andante que se llama curiosamente como la persona que más quiero en este mundo (mi hermano, Juan Carlos), y que también a entrado en mi lista de intocables, y a esa maravilla de persona con una voz aún más maravillosa que se llama María (Mary G para los amigos), sin los que SEX ONTHE SEA no tendría vida ni habría visto la luz...del escenario.
Gracias también a los que dan una oportunidad a cualquier grupo, al que empieza o al que lleva mil años intentándolo, como son los que han montado el Illesmusic.
Y desde luego, no se me olvida, ni mucho menos, agradeceros de todo corazón vuestra presencia a todos los que vinistéis a arroparnos en nuestro nacimiento, sin vosotros, como dice Goñi, no hay cantante ni canción.

Gracias a todos!!!!

lunes, 3 de enero de 2011

GRACIAS

Muy en consonancia con mi anterior entrada, aprovecho que acabó el año y que empieza uno nuevo, para dar las gracias a todo aquel que crea ser merecedor de las mismas...

Recordar, olvidar, aprender, avanzar, ¡seguir adelante! Conocer, disfrutar, enfadar (y enfadarme), trasnochar, madrugar, llorar, reír, odiar, amar...todo cabe en un año, todo nos hace personas, todo nos conforma y transforma en lo que somos...Por eso, y en ocasiones pese a todo eso, gracias a todos los que recuerdo, a los que he olvidado, a los que me han hecho aprender algo, los que me han hecho avanzar (y a los que han querido impedirlo, porque sólo han conseguido que insistiera con más fuerza), a los que he conocido, a los que he desconocido (creo que esto es una nueva aplicación o significado de este verbo, desconocer a alguien que ya conocía, o eso creía), a los que he disfrutado, a los que he enfadado y me han enfadado, con los que he trasnochado, con los que he madrugado, gracias a los que me han hecho llorar, siento que no haya casi nadie con quien haya llorado (pero gracias a la únicas personas con las que lo he hecho), gracias a todos con los que he reído, gracias a los que me habéis despertado odio (también es algo humano que nos hace aprender), pero sobre todo GRACIAS a todos los que han dejado que les ame, y a los que me han amado.

Gracias por todo este año que acabó, pero sobre todo gracias por el que empieza, gracias a todos los que amaré y a los que dejarán amarse (o no, da igual). Gracias, jodido 2010, te espero, 2011.