De sabios es reflexionar...



"Es muy peligroso, Frodo, cruzar la puerta", solía decirme. "Vas hacia el Camino, y si no cuidas tus pasos, no sabes hacia dónde te arrastrarán".

Frodo Bolsón, citando a su tío Bilbo.
El Señor de los Anillos. J.R.R. Tolkien

martes, 12 de julio de 2011

Una experiencia única...campamento 2011

Una música repetitiva, conocida, pero por la costumbre, querida, vuelve a despertar a los más pequeños a eso de las 8 y media. Yo ya llevo un rato levantado. He desayunado fuera, al aire libre, más libre que ninguno, limpio y fresco que Gredos le regala a todo el valle del Tiétar.
Las caras de todos van asomando a la puerta. Algunas no han visto todavía el agua del grifo...y han de regresar al baño. Esas caras a las que uno se acostumbra a ver 10 mañanas consecutivas...y que luego se echan tanto de menos.
Servimos un desayuno cargado de leche, cacao, galletas...lo que toque. Pero siempre rebosante de amor, de ganas de un nuevo día, de incertidumbre ante las sorpresas que nos esperan.
Juntos, como en todas las cosas que hacemos, damos gracias a quien hace posible que estemos allí, a quien de verdad es la causa de todo, la razón por la que nos reunimos. Afinamos las guitarras, se reparten los librillos y damos el beso de buenos días a Él con las laudes.
Luego decenas de voces llenan el espacio, corren, gritan, saltan, ríen, lloran...en definitiva, invaden todo el terreno, tanto de Mairena, como poco a poco, de mi corazón. Porque si no, no se explica el vacío que queda cuando dejo de oírlas. Quizá unos juegos deportivos, quizá un taller, quizá ambas cosas.
Hasta que una voz grita "al porcheeeeeee" y todos se acercan, para recargar fuerzas con lo que los tres vestidos de blanco nos han preparado, con mucho amor y dedicación, aunque el arroz a veces esté un poco pasado y con demasiado ajo...jejejeje.
Se abre la tienda, y parece que nadie ha comido, todos se aprovisionan de chucherías varias, y un sinvergüenza sentado en las sillas verdes insiste a todos en que le inviten a algo. "Pero cógelo tú, que no te cuesta", responden la mayoría. Otros son más caritativos y le invitan a flash, a gominolas o a risketos.
Todos me invitan a sonreir.
Unos dedos, menudos, ligeros, muy suaves y pequeños, acarician mi barba, crecida de algunos días ya. Un beso, el más inocente que nunca me han dado, roza mi mejilla. Unas manos vivas, alegres, descaradamente infantiles, se agarran a mis hombros, mientras su dueño trepa por mi espalda, pidiéndome que le lance por el aire una vez más. La piscina se transforma en un lugar distinto, donde el agua disipa las fronteras entre ellos y nosotros, y por una vez, los niños están, literalmente, por encima de los monitores, en su espalda, en sus hombros...Gastamos las fuerzas necesarias para ganarnos la merienda...eso sí, ¡para quien la haya pedido!
Volvemos a nuestro hogar. Unos se duchan en agua caliente (o fría, depende de lo rápido que seas) y otros se bañan en sudor, jugando a muerte el mundialito de fútbol. Pero todos juntos vuelven a dar gracias por el día vivido, en las vísperas. Recargamos fuerzas por última vez, para el culmen del día, el juego nocturno que nos transportará a las lejanas tierras de Narnia, donde conoceremos más a Aslan, a Caspian, a Peter, a Lucy, a Susan, a Edmund...donde intentaremos acercarnos más a la ansiada copa de campeones del campamento.
Y al final del día, ya cansados, nos pesan los párpados, alguno ya ha sucumbido (ese pequeño rubio) y está en el saco. Pero nos quedan fuerzas para darle a Él el beso de buenas noches con las completas.
Y meternos en el saco. Y saber que mañana será otro día, y que volveremos a despertar todos juntos...
Espero ansioso que ese día llegue rápido...aunque todavía quede un año entero de por medio...
¡Gracias a todos, os quiero!