De sabios es reflexionar...



"Es muy peligroso, Frodo, cruzar la puerta", solía decirme. "Vas hacia el Camino, y si no cuidas tus pasos, no sabes hacia dónde te arrastrarán".

Frodo Bolsón, citando a su tío Bilbo.
El Señor de los Anillos. J.R.R. Tolkien

lunes, 20 de septiembre de 2010

La Plaza de San Nicolás

Plaza de San Nicolás, Granada
No se si seré original, pero de momento no conozco a nadie al que se le haya ocurrido la brillante idea de escribirle una carta a una plaza. Una plaza en la que tan solo pasé unos minutos de mi vida, pero una plaza que ya forma parte de mí. Sí, quizá se me está llendo la pelota, pero quería escribirle una carta a la Plaza de San Nicolás (de la cual me costó horrores aprenderme el nombre). Es una placita preciosa situada en el barrio granadino del Albaicín, y tiene las mejores vistas de la Alhambra y de Sierra Nevada detrás. Es un lugar que todo aquel visita Granada ha de pasar por él. Si vais, acordáos de mí, y de esa plaza, y preguntadle si le llegó mi carta, y decidle que algún día le cantaré esa carta allí mismo...


Y no se muy bien por qué,
te recuerdo en esta noche,
y no se muy bien por qué,
estoy lleno de reproches,
aunque miento si no digo,
que en tus muros fui feliz,
aunque miento si no digo,
que quiero regresar a ti.

Tan pequeñita, allí escondida,
en aquel barrio tan peculiar,
lugar de duende, rincón de arte,
lugar perfecto para soñar,
junto a la Alhambra, cuento viviente,
escucho a aquel gitano cantar,
miré a la luna, miré a sus ojos,
era cuanto podía desear.

Los dos subimos, poquito a poco,
los escalones de aquel lugar,
el Sacromonte, lugar distinto,
lleno de cuevas donde enterrar,
lo que ahora queda de aquellos días,
recuerdos vivos, que han de quemar,
aquellos días, Sierra Nevada,
último puerto donde atracar.
Preciosa plaza, junto a mi pecho,
toda mi vida te he de llevar,
en ti vivimos aquellos ratos,
últimos besos que disfrutar,
y yo te juro que algún buen día,
con mi guitarra he de regresar,
a recordarte aquellos momentos,
y junto a la Alhambra poder cantar.

Bueno pequeña, ya me despido,
dentro de un tiempo yo te iré a ver,
sólo que solo, no acompañado,
las cosas ya no son igual que ayer,
te contaré junto a mis acordes,
que aquella que iba junto a mí,
dejo su amor en aquellas calles,
quiso volar y yo la perdí.
Dale recuerdos a aquel proscrito,
que junto al río se ha de arrastrar,
aquel paseo, sitio maldito,
que mi destino a él quiso amarrar,
y aunque he luchado a brazo partido,
él lleva todas las de ganar,
¿no le conoces, tan presumido?,
Yo te lo muestro, tu has de escuchar.

Que junto al río, al pie de la Alhambra,
en el Albaicín tengo mi lugar,
tengo una calle, lleva mi nombre,
y el de tantos que han de soñar,
con lo pasado, lo que tuvieron,
lo que ahora aprenden a valorar,
es el Paseo de los Tristes,
bonito nombre para olvidar.
Bueno plazuela, lugar de ensueño,
cuida del barrio y del mirador,
gracias por todo lo que he vivido,
junto a tus calles y tu calor,
dale por mí gracias a Granada,
que ella te guarda en su interior,
muy pronto volveremos a vernos,
vuelve a mis sueños junto a su amor.

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