De sabios es reflexionar...



"Es muy peligroso, Frodo, cruzar la puerta", solía decirme. "Vas hacia el Camino, y si no cuidas tus pasos, no sabes hacia dónde te arrastrarán".

Frodo Bolsón, citando a su tío Bilbo.
El Señor de los Anillos. J.R.R. Tolkien

jueves, 4 de noviembre de 2010

Sabor a óxido

El sabor de la traición es áspero, muy intenso y quizá de corta duración, dependiendo de la intensidad y gravedad de la traición y de la persona que te traiciona. Pero el sabor de la decepción es mucho más sutil, es más duradero, y sobre todo, mucho más profundo. No es un sabor que acaba su viaje en la lengua, sino que viaja cuerpo adentro, baja por el esófago lentamente, y acaba en el estómago, anudándose en él, y negándose a emigrar a ningún otro sitio. Al fin y al cabo, es un sabor hermano al del miedo...
Además es un sabor metálico. Recuerdo bien cuando sufrí anemia de pequeño...y me dió por morder una de las pastillas que tenía que tomar cada día...era como morder un clavo oxidado...Así sabe la decepción.
Es un sabor del que no te libras en mucho tiempo, porque no has decidido probarlo, sino que más bien te lo han metido con calzador en la boca. Y ese privilegio no lo tiene cualquiera...sólo un número reducido de personas es capaz de defraudarte...pero algunas lo hacen de manera inconmensurable, con todo su poder y presencia, y cuanto más importante es esa persona, más intenso y duradero el sabor.
Sin duda, la peor versión de este maldito sabor es el dejado por personas que piensas que jamás podrían defraudarte. Sin embargo, estas personas son las más capaces de envenenar nuestras papilas gustativas, nuestro tracto digestivo, nuestra vida y nuestro pensamiento. Parecido a la bilis que vomitamos cuando nada más queda en el estómago.
También tiene que ver el tiempo que has perdido imaginando, cual crío iluso, que esa decepción jamás llegaría. En mi caso he perdido 7 años, 8 meses y, hasta hoy, 19 días. Todo este tiempo, tirado a la basura. Todo este tiempo, creyendo en algo o en alguien que realmente no existía, o que si existía, lamentablemente, falleció hace bastante tiempo. Además, suele ocurrir que cuando deciden decepcionarte, lo hacen de la manera más lamentable, rastrera y dañina que pueden imaginar.
¿Algo positivo? Pues que por fín cayeron las máscaras, y que cada cual se mostró tal y como es...y que quizá el tiempo devuelva a cada uno lo que sembró...quizá, o quizá no...Al menos queda el consuelo de haber hecho lo debido a su debido tiempo, y sobre todo, queda la satisfacción de, al final, haber recibido, con el tiempo, el premio de la razón.
Solo espero que "cada palo aguante su vela", como alguien me recordaba hace poco, y que si queda algo de conciencia, discernimiento de lo que está bien y lo que no, de lo que honra a una persona y le hace mejor y de lo que no, en sus mentes o en sus corazones, algún día reciban la factura de lo que hicieron, y su particular Pepito Grillo les remueva el alma y descubran lo ruin de sus actos y el daño que causaron con ellos.
No acabaré esta parrafada sin agradecer los tragos dulces que me habéis brindado todos aquellos que mostrásteis tener algo de sensatez y honradez, y que de una manera o de otra, me servistéis de muletas en todo este tiempo que he andado cojo. Ahora me toca correr a mí, pero siempre tendréis hueco en mi corazón, gracias desde lo más profundo del alma.
Amigo, creo que este si es "the end", absolutamente...

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