
Amigos. Muchos se hacen llamar amigos. Pocos son los que merecen tal honorable mención. Un amigo se gesta, se trabaja, se consigue a lo largo de muchas horas y muchas vivencias. Pero sobre todo se construye a base de hechos, de actitudes, de acciones, al fin y al cabo. Cuando las cosas van bien, cuando todo marcha, cuando no se divisa en el horizonte atisbo alguno de preocupaciones o problemas, los amigos son como las setas, nacen, crecen y se multiplican por doquier. Sin embargo, cuando las cosas se ponen feas, cuando ese horizonte se llena de nubarrones y relámpagos, son muchos los que se disfrazan de ratas y abandonan el barco los primeros. Pero los hay peores. Existen algunos que antes de abandonar tu barco, se dedican a ampliar esos boquetes por donde estas haciendo aguas. Por tanto, en esos momentos, cuando ves que todo se va a pique, es cuando realmente descubres cuáles no tienen careta, sino que son tal y como se muestran, trabajan codo con codo junto a tí, y reparan mejor que tú esos boquetes por los que se te escapa la vida misma.
Por tanto, vigilad bien a quién escogéis como amigos, porque las ratas son una especie, por desgracia, muy numerosa en este planeta, y los amigos, una especie en peligro de extinción.
Y sobre todo, nunca os dejeis engañar por palabras que suenan honestas, pero que esconden grandes mentiras, y se acompañan de un séquito de acciones deplorables.
Por último, y quizá sea lo más importante de todo, sed buenos amigos, sed amigos de verdad, leales, honestos y sacrificados, porque aquel que siembra, siempre recoge.
Gracias, amigos míos.
muy buen post
ResponderEliminar