De sabios es reflexionar...



"Es muy peligroso, Frodo, cruzar la puerta", solía decirme. "Vas hacia el Camino, y si no cuidas tus pasos, no sabes hacia dónde te arrastrarán".

Frodo Bolsón, citando a su tío Bilbo.
El Señor de los Anillos. J.R.R. Tolkien

lunes, 10 de noviembre de 2014

London week, day 1. El reencuentro.

Hoy amaneció MUY pronto. A las 5:50 el despertador ya estaba sonando. Ducha rápida, conexión de bus desde Edimburgo a su aeropuerto, y una muy larga espera, ya que la insistente niebla ha causado algún retraso no deseado.
Y por fin, rumbo a mi segunda casa. Rumbo a Londres.
Debido al retraso mencionado,y a aterrizar en la terminal norte de Gatwick, la llegada se ha visto postpuesta hasta las 12 de la mañana. Pero nunca es tarde para pisar Victoria Station.
Una vez realizado el check-in en el hotel, ha comenzado ese ritual, ya casi sagrado, en el cual saludamos y presentamos nuestros respetos a lo mas distinguido de esta ciudad. Cruce del Vauxhall Bridge, sede del MI6, paseo a la orilla del Támesis por Albert Embankment, y llegada a la primera y quizás más obligatoria de todas las paradas. Westminster Bridge. Las Houses of Parliament nos reciben con la magnificencia de siempre, y en su parte norte, esbelto, señorial, y más puntual que ninguno, la torre del Big Ben nos saluda y nos da la hora de una manera familiar, pero no menos espectacular. Tomamos Parliament Street, para continuar por White Hall hasta llegar al segundo punto clave, y uno de los preferidos de mi compañero de viaje. Traffalgar Square se presenta ante el viajero de manera suntuosa. Nelson, desde lo más alto de su pedestal, preside la plaza, custodiado por cuatro leones, y respaldado por la National Gallery. Seguimos nuestra ruta hasta Picadilly Circus. Uno de mis puntos favoritos. Es la metáfora de Londres hecha plaza. Lugar donde todo se compra y se vende,todo se anuncia a lo grande, convergen infinidad de calles,y de culturas, y desde dónde se puede llegar a cualquier sitio. Para mí, este es el corazón de Londres. Cumplida visita a Lilly Whites, con sus 100.000 camisetas de equipos ignotos, proseguimos paralelos a Regents Street para desembocar en Carnaby St. Calle comercial menos elitista de lo que creíamos, pero eminentemente londinense. Repostamos fuerzas en el Pret a Manger del final de la calle, ya que el día comenzó exageradamente pronto como ya comenté, y regresamos a The Mall, magestuosa avenida que une Picadilly Circus con Buckingham Palace. La lluvia nos ha acompañado incesante en esta parte del paseo. Pero al llegar a St. James Park, esa misma lluvia nos ha regalado un momento mágico en una ciudad mágica de por sí. Un precioso arcoiris surgió desde el London Eye para perderse en el cielo británico. Retomamos The Mall para llegar hasta Hyde Park a través de Green Park. Lástima no llegar un mes más tarde, para poder disfrutar de la feria navideña que hoy estaban montando. Por la orilla de The Serpentine, hemos seguido cruzando Hyde Park hasta entrar en Kensington Gardens. A la orilla de su lago, frente al Kensington Palace, hemos descansando las piernas y exprimido la mente, discutiendo acerca de ciencia y religión. Cualquier conversación entre Oskar y yo, y aunque está feo que lo diga,tiene nivel. Pero con ese marco de fondo...no tiene precio.
Desde ahí, ya con la noche acercándose, hemos puesto rumbo a Chelsea, a través del Albert Royal Hall, pasando por nuestro callejón secreto, para desembocar en Harrods. Templo del lujo, nos hemos permitido,gracias al bolsillo de mi travel partner,todo sea dicho, merendar a base de carne de búfalo curada. Una nueva experiencia que nos ofrece esta ciudad...como siempre.
Para acabar el día, visita obligada a Morphet Arms. Pinta de Youngs y de Bombardier con un conocido de Oskar, hombre afortunado que vive en esta bendita ciudad...y con muy buen nivel. Cierre perfecto a este larguísimo día, como he titulado...de reencuentro.
Tomorrow more...to be continued!!

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