De sabios es reflexionar...



"Es muy peligroso, Frodo, cruzar la puerta", solía decirme. "Vas hacia el Camino, y si no cuidas tus pasos, no sabes hacia dónde te arrastrarán".

Frodo Bolsón, citando a su tío Bilbo.
El Señor de los Anillos. J.R.R. Tolkien

sábado, 8 de noviembre de 2014

Scottish week, day 4. Isle of Skye

El día comenzó temprano. Una preciosa vista, sólo intuida ayer en la oscuridad, desde la ventana de la habitación, ha sido el anuncio de lo que estaba por venir. Tras un desayuno contundente, compuesto de zumo, huevos revueltos y bacon, para compensar la dieta obligada de ayer, hemos comenzado nuestro tour alrededor de esta maravilla que llaman Skye. La primera parada, a medio camino de la capital isleña, ha sido en un viejo puente, de aire medieval, situado en las barbas de las Red Cuillin, cadena montañosa que divide la isla en norte y sur. Las vistas...una vez más, difícil explicarlo con estas pobres letras. Continuando la ruta, hemos llegado a Portree, la ciudad, bueno, mejor dicho el pueblo, que hace las veces de capital en esta isla. Entre tan abrumante naturaleza, resulta complicado apreciar las virtudes de cualquier construcción humana, pero cabe destacar el innegable encanto del puerto, flanqueado por las casas coloreadas de los pescadores locales. Dejando atrás Portree, nos hemos acercado al Old Man of Storr, una impresionante formación rocosa que saluda al viajero desde las alturas, en nuestro camino hacia nuestra siguiente parada, Kilt Rock. En este punto, el loch escocés se funde con el Atlántico Norte en un espectacular salto hacia el vacío, en forma de preciosa cascada. Desde Kilt Rock hemos tomado un estrecho camino dirección a Uig, para a mitad de camino poder admirar una de las estampas más bellas de la isla, en lo alto de una de las miles de alturas que dominan todo el territorio. Desde aquí, ruta directa, por carreteras impracticables, cuyas dueñas, sin ningún genero de dudas, son las ovejas, a las que hay que ceder el paso quieras o no, hasta Nest Point. Este lugar sí que es imposible describirlo por escrito (aunque lo intentaré). Cabo situado al noroeste de la isla, desde aquí puedes mirar en cualquier dirección, dará igual, la naturaleza te sobrecogerá de igual modo. Hacia el sur, majestuosas montañas que mueren directamente en el mar. Al oeste y al norte, las Hébridas exteriores se recortan en el horizonte. Al este, los pastos donde pacen las ovejas escocesas, cuya tranquilidad sólo es perturbada por algún que otro turista atrevido que decide llegar hasta este remoto lugar. Lugar perfecto para reponer fuerzas y seguir en busca de nuestro premio final. En Carbost, al oeste de Skye, encontramos la Talisker Distillery. El oro líquido escocés, whisky, por supuesto, nace en este lugar de manera distinta. Lamentablemente no hemos podido catarlo en la propia destilería, por lo que hemos retornado hasta nuestro punto de partida, desde donde escribo estas palabras.
Pero como mi buen amigo Oskar me apunta, en su aportación diaria a este cuaderno de viaje, en Escocia las mejores cosas se ven de día, y las mejores cosas se viven de noche. Saucy Mary's Lodge, mitad hotel, mitad pub, nos ha ofrecido esta noche un magnífico encuentro con otros dos viajeros en mitad de su propia aventura, que hoy se cruzó con la nuestra. Entre cervezas de la isla y whisky de la tierra, hemos conversado con un simpático holandés errante de 26 años, y su genial amigo escocés de 65 años, sobre fútbol,viajes, idiomas y mujeres. Se conocieron en un tren procedente de Edimburgo hace 3 días, hoy nos cruzamos los 4. La vida es viajar...y cruzarse con otros viajeros, y enriquecerse con ello.
Mañana dejaremos Skye, para visitar el feudo de Nessy,quizá el lugar más famoso de Escocia.
Pero hoy, también aconsejado por mi compañero de fatigas, quiero mostrar mi admiración por estas tierras mágicas, señoriales. Highlands de altas montañas, ríos innumerables, con espíritu puramente norteño, alejadas del ruido incesante de las tierras del sur de Escocia, de Edimburgo o Glasgow. Tierras con sabor a mar, a nieve, a humo y madera. Tierras con sabor a whisky.
Mañana, Loch Ness...

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