De sabios es reflexionar...



"Es muy peligroso, Frodo, cruzar la puerta", solía decirme. "Vas hacia el Camino, y si no cuidas tus pasos, no sabes hacia dónde te arrastrarán".

Frodo Bolsón, citando a su tío Bilbo.
El Señor de los Anillos. J.R.R. Tolkien

miércoles, 12 de noviembre de 2014

London week, day 3. Contrastes.

Hoy ha sido un día sorprendente. Creo que es la palabra que mejor lo define. Tras un buen desayuno, sabiendo que hoy esperaba una buena caminata, hemos paseado bajo la lluvia a través de Parliament Square, para recorrer todo White Hall, y coger el metro en Charing Cross. Rumbo norte, hacia un nuevo destino, desconocido para mí hasta ahora. Archway es la parada más cercana al cementerio de Highgate. Sí sabía de la existencia de este lugar, gracias a uno de los mejores libros que he leído, y que por supuesto se encuentra entre mis favoritos. Me refiero al mundialmente famoso Drácula, de Bram Stoker. En este cementerio entierran a la preciosa Lucy Westenra, para después tener que acabar con su segunda "vida", convertida al vampirismo, a base de estaca y ajo.
El lugar encaja a la perfección con esta novela. Es la plasmación real del romanticismo literario, hecho cementerio. La naturaleza, más viva que en ningún otro lugar, y la ritualización de la muerte, se abrazan mutuamente aquí. Las hiedras cubren las lápidas centenarias, y el cementerio se hace bosque, o el bosque se convirtió en cementerio. Destaca en este camposanto la tumba de una figura importante en el siglo XX, con independencia de si se está de acuerdo con sus planteamientos o no. Hablo de el filósofo Karl Marx. Pero él no es el protagonista. El protagonista es Highgate.
Continuamos nuestra mañana novedosa adentrándonos en el vecino parque de Hampstead Heath.
Cuesta definirlo como parque, porque realmente se trata de un bosque, en la completa extensión de su definición. Y cuesta aun más entender esta maravilla natural enmarcada dentro de una de las ciudades más bulliciosas del globo. Pero así es, Londres siempre guarda alguna sorpresa para quién la busca. Pasear por sus caminos, enmoquetados de hojas de roble gracias al otoño, sentir que detrás de cada árbol podría acechar un ladrón medieval, un ciervo, un lobo...Es difícil describirlo.Al final del camino, la mansión Kenwood premia la constancia del caminante. Algunos podrán recordarla, rememorando varias escenas de Notting Hill. Precioso lugar, rodeado de un paisaje aun más espectacular.
Deshaciendo el camino, abandonamos este remanso de paz y naturaleza, y regresamos de nuevo a la jungla, a la de asfalto y humo.
Tras una comida bien merecida, tomamos el metro, con rumbo aún más al norte.
Nuestro nuevo destino es la estación de Seven Sister. Curioso nombre, del que desconocemos el origen. Llegamos a este barrio, tan alejado del centro londinense, para tachar otro estadio de nuestra lista particular. En este caso, es White Hart Lane, feudo del Tottenham Hotspur. Buen equipo, pero estadio, por qué no decirlo, feo. Pero para poder decirlo, hay que haber estado allí. Nosotros lo hicimos, derecho ganado.
El paseo entre la estación y el estadio nos ha servido para descubrir lo que hemos denomidado el Harlem londinense. Un barrio de mayoría negra y musulmana, donde la gente hace vida corriente a diario, donde los turistas son algo prácticamente inaudito, y donde la mezcla cultural se hace muy patente. Siempre hay algo nuevo por descubrir aquí.
Finalmente, metro directo hasta Victoria, y pronto al hotel a descansar, que el día fue duro.
Mañana tenemos más kilómetros aun.
Pero hoy el día fue excelente. Descubrimientos, contrastes,novedad y asombro. Es Londres.
To be continued...of course!!

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